La biodiversidad es el resultado del proceso evolutivo que se manifiesta en la existencia de diferentes modos de ser para la vida a lo largo de toda la organización de los sistemas vivos. Cada especie es única e irremplazable y entre todas estas se forma una red de interacciones comunitarias que es crucial para mantener el funcionamiento adecuado de los ecosistemas, los cuales, a la vez, sostienen la salud, el bienestar y, en última instancia la supervivencia de los seres humanos. En décadas recientes, los científicos, los economistas y los políticos han admitido que la naturaleza brinda beneficios gratuitos, que generalmente no se reconocen. Estos servicios son los procesos a través de los cuales los ecosistemas naturales y sus comunidades vivas sostienen y satisfacen la vida humana. Los servicios de los ecosistemas incluyen: purificar el aire y el agua, reponer el oxígeno, polinizar las plantas y dispersar sus semillas, ofrecer un hábitat adecuado para la vida silvestre, descomponer los desechos, controlar la erosión, las inundaciones y las plagas, así como ofrecer medios recreativos.

Durante los últimos 50 años, la pérdida de la biodiversidad se ha visto acelerada como consecuencia de factores externos, entre los que destacan: las actividades humanas a la biodiversidad, la contaminación, el calentamiento global y el cambio climático. Conocer qué es la biodiversidad es el primer paso para saber cómo protegerla y mantenerla. Debemos hacer un uso sustentable o consciente de los recursos del planeta, además de generar medidas de protección que garanticen que el delicado balance natural sea restaurado, para lograr dejar un planeta vivo a las generaciones futuras. Es por ello, que el profesional de las ciencias ambientales debe tener un conocimiento profundo y significativo de la biodiversidad y de las partes que lo integran.