Es indispensable planear, implementar y evaluar la actividad docente, a partir de la comprensión de las características específicas de la enseñanza del filosofar, del conocimiento de los saberes previos de los estudiantes y del contexto de la actividad educativa, por medio de la elaboración de planes de clase y prácticas docentes, para la evaluación y mejora continua de la misma y para un mejor desarrollo de la profesión.